Arthur Kipps (Daniel Radcliffe) es un joven y viudo abogado inglés que recibe un ultimátum: si no vende una propiedad en concreto, será despedido. Cuando llega al pequeño pueblo, en el que no es bien recibido y donde todos intentan que se marche lo antes posible, se da cuenta de que la tarea no va a ser fácil. Mucho menos cuando la ve que la mansión está situada en un pequeño islote separado del resto del pueblo por la marea. Lo que no imagina es que allí habita el espíritu de una malvada mujer a la que todos conocen como «la mujer de negro».
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